Acumulando rabia de un destino incierto en la obligación de verle la cara al tiempo,
contando las moneditas para ir a verte y sin temerle al camino,
el fin no justifica los medios pero si la prisa por cosechar
(aunque sea una sonrisa en medio de tus fantasmas)
Pero que encandilado me enrosco a discutir con tu parte más soberbia,
que por suerte es también la del amor sin fin.
Llegamos siempre a la misma situación y todo depende del tiempo en que estemos,
nadie puede prevenir un olvido,
te tengo en mi costado bien arraigada y no puedo pensarte sin sentir las cosquillas,
fuimos el descaro atrevido de cantar la misma canción.